Enrique es ese profesor que un primer día ves entrar por la puerta trajeado y fijas una serie de expectativas en él. debido a su vestimenta; como que sea muy serio o muy estricto. Tras varias clases con él y conocer la estructura de dar las clases te vas dando cuenta de que es de los pocos profesores con los que ni una sola persona está distraída o a otra cosa puesto que hace las clases muy amenas y cuando te das cuenta y miras el reloj, ya ha pasado la hora. Su manera de explicar utilizando cosas de la vida cotidiana o que son extremadamente simples hace que te entren unas fuertes ganas por saber más cosas, que te sea más fácil comprender ciertos conceptos y que quieras profundizar mucho más en la Filosofía. También tengo que decir que hace exámenes que te hacen pensar un poquito sobre el tema que has dado y no centrarte únicamente en la teoría.
Finalmente me queda decir que me alegro un montón de haber tenido a Enrique como profesor de Filosofía este año, que me hubiera encantado haberle tenido en cursos y que crucemos los dedos de manos y pies para que el año que viene me vuelva a tener que aguantar otro poco en la asignatura de Historia de la Filosofía.
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